Múltiples son las ocasiones en las que se llega a pensar que implantar un control de presencia en una empresa puede desmotivar a los empleados porque se pueden sentir vigilados. Esta forma de pensar de los empleados, pronto puede cambiar al darse cuenta de que mas aya de sentirse vigilados, un control de presencia les ayuda a ser compensados y valorados en aspectos como la consecución de objetivos, de horas extras, horarios flexibles y un sinfín de mejoras.

Es fácil conseguir en poco tiempo que los empleados vean el control de presencia como algo positivo. Con el tiempo se consigue una unión entre los empleados y la empresa y como consecuencia el nivel de implicación de los empleados sube por momentos.

Sin olvidar todo lo anterior, claro esta que el objetivo final de una empresa es conseguir que aumente su productividad, y la mejor forma de hacerlo es evitando los retrasos de sus recursos mas valiosos, “sus empleados”. Debemos tener muy en cuenta que si contamos los retrasos de entrada por la mañana, después del desayuno y por la tarde, la media de tiempo perdido de un trabajador es de 10 minutos al día. Si multiplicamos estos 10 minutos diarios por la cantidad de empleados y por los días trabajados el total de horas improductivas al mes supone a la empresa unas perdidas incontrolables.

Para concluir decir que la implantación de un control de presencia se amortiza en unos meses y el resto son ganancias. La información que un control de presencia proporciona al departamento de recursos humanos y/o a gerencia, es tan valiosa como eficaz para aumentar la rentabilidad y competitividad de una empresa.

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